Esta colección se basa en la joyería protesta para mostrar las consecuencias de los vertidos de combustible en la naturaleza, ya que desde 1960 hay más de 130 desastres relacionados con los vertidos de petróleo, el último el año pasado en el Ártico.

Por estos motivos con estas piezas se busca reivindicar un cambio en la mentalidad para mejorar la legislación que proteja la flora y la fauna de los espacios naturales por donde se transporta el combustible y mayor control en las medidas de seguridad.

Se usará para ello la técnica del esmalte y elementos reciclados.

Piezas:

Exxon Valdez (collar)

El origen de este desastre fue que el buque petrolero Exxon Valdez encalló contra un arrecife de coral y se produjo el derramamiento del crudo.

El collar simboliza la rotura del buque y la salida del petróleo. La pieza central es una plancha de cobre con forma hexagonal con su superficie patinada de un color turquesa y de tacto rugoso que simulan la oxidación del buque al producirse una via de agua por donde se produce el escape de petróleo, ya que por lo general estos barcos accidentados se hundían en el fondo del mar.

Las cadenas del collar recuerdan a las del ancla de los barcos.

La pieza hexagonal se desengancha de las cadenas para convertirse en un broche, ganando protagonismo fuera de las cadenas.

Consecuencias del petróleo (collar y broche)

De una manera general podemos afirmar que el petróleo trae muerte a su paso como consecuencia de la contaminación, afectando tanto a la flora como a la fauna y al ser humano. Es por ello que se ha elegido una calavera deformada y el color negro de la pieza.

Se elige una pieza cónica como parte central que parece un embudo y que representaría las chimeneas de las refinerías. El petróleo entra en esa chimenea en estado líquido y sale en forma de calavera debido a las consecuencias tras su paso.

En el collar se utiliza una cuerda que le da fuerza y asimetría, además de servir de sustento para fijar la pieza cónica. Fue elegida por representar los amarres de los barcos.